Venceré al dolor de la lucha cotidiana, pues guardo en mi corazón de sueños bellos que debo realizar.
Venceré a la soledad de mi presente pues se que no estoy sola en este afán maravilloso de lograr un luminoso mañana.
Venceré a la maldad que me rodea, pues peleo con las armas invencibles de la nobleza, y la verdad.
Venceré a la desesperanza que a veces me agobia, pues quiero mantener encendida la llama imprescindible de la fe.
Venceré a la tristeza que pretende oprimir mi corazón, pues descubro muchos motivos de alegrÃa, a lo largo de mi difÃcil camino.
¡Venceré a la adversidad, hoy, mañana y siempre!
Padre Tomas del Valle-Reyes
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